jueves, 31 de enero de 2013

Hoy va de Estúpidos, Inteligentes, Bandidos y Desgraciados. Releyendo a Carlo María Cipolla.



Hace unos días, preparando unas clases tuve la oportunidad de reencontrarme con el libro de Carlo Maria Cipolla "Allegro ma non troppo" y la verdad, si la primera vez me gustó, ahora más.

Para quien todavía no conozca la obra le aconsejo que la lea en cuanto pueda porque en mi opinión, debería figurar entre las lecturas obligadas en todas las escuelas de negocios.
En la segunda mitad del libro, Cipolla desarrolla lo que el llama el "Tratado sobre la estupidez humana"; describe las que él identifica como las Tres leyes fundamentales de la estupidez humana y lo que personalmente me impactó más la primera vez que lo leí fue la clasificación que hace de las personas en función de su capacidad de hacer el bien o el mal a los demás frente a su capacidad de hacerse bien o mal a si mismas.



Simplificando su teoría, podríamos decir que es posible distinguir entre cuatro clases de personas.

Primero identifica a los inteligentes como aquellos que son capaces de conseguir su propio beneficio y al mismo tiempo y en la misma acción, hacer el bien a los demás. Son personas creadoras de riqueza. Podríamos decir que el  Marketing bien entendido sería una postura Inteligente. Ganar dinero satisfaciendo necesidades de los clientes. No se me ocurre otra forma mejor de identificar la estrategia win-win.

Los estúpidos son aquellos que son capaces de hacer daño a los demás y además, también en la misma acción, hacerse daño a si mismos. Según Cipolla son peligrosísimos por varias razones, primero por su impredicibilidad y segundo, porque son muchos más de los que creemos y normalmente -las apariencias engañan- cuesta identificarlos a la primera. Por poner un ejemplo, sería el conductor borracho que genera un accidente en el que produce daños a otros amén de hacerse daño a si mismo. Pero también lo puede ser el directivo visceral que toma una decisión errónea de forma consciente para hacer daño a un competidor aunque sabe que él también sufrirá daños.

También existen otros que procuran su propio beneficio aunque saben que es a costa generar un perjuicio o daño a los demás. Les denomina Bandidos. Es interesante la clasificación que hace de ellos en función de si el beneficio que sacan es mayor, igual o menor del perjuicio que provocan. Así, los peores son los que producen perjuicios superiores al beneficio que consiguen (rozan la estupidez), mientras que a quienes obtienen un beneficio mayor al daño que causan se les podría identificar como bandidos menos malos (rozan la inteligencia).

Y hay un cuarto grupo que identifica como los desgraciados, que así denomina a quienes hacen el bien a los demás perjudicándose a si mismos. No los confundáis con los altruistas, que hacen el bien a otros sin conseguir ningún beneficio aparente -que si lo tienen aunque sea de carácter moral o emocional-. No, los verdaderos desgraciados son normalmente personas que creyéndose listos y estando decididos a ejercer de bandidos, se encuentran con bandidos de verdad y que son más listos que ellos y al final, acaban perjudicados y viendo como sus contrincantes, a quienes querían perjudicar en su beneficio son quienes les han engañado. Son aquellos que con el tiempo resultan víctimas de "timos" y también como, no los corruptos a quienes pillan con las manos en la masa.

En
el mundo de los negocios, del Marketing y de las ventas ha habido bandidos más veces –debería haber sido ninguna-  de las que debiera

Os reto a buscar en vuestro entorno, os asustareis al descubrir que como dice Cipolla, hay muchos más estúpidos de los que creíais en un principio y que el daño que pueden hacer es brutal. Pero no os deprimáis, seguro que también encontrareis Inteligentes, aunque sean menos de los que creíais.  

1 comentario:

Anónimo dijo...

Molt interessant!!!!