miércoles, 12 de febrero de 2014

El precio de los contenidos digitales

Evidentemente todo se paga. Gratis, lo que se dice gratis no hay nada. De una forma o de otra. Pero todo tiene un coste y un precio.

En el fondo, el precio es coste para el comprador, y el coste siempre es renuncia. El coste de comprar algo es la renuncia a disponer del dinero, del tiempo o simplemente la renuncia a haber comprado otra cosa.

Hoy, con el boom del mundo digital nos encontramos con dos líneas de pensamiento.
La primera defiende que los contenidos deben ser gratis, que una vez producida la obra inicial y ya que la “replicación” de la misma no cuesta prácticamente nada, las copias y la difusión deben ser gratuitas.

La segunda defiende todo lo contario. Los usuarios de los contenidos deben pagar por “disfrutar” de los mismos. Hay que defender los derechos de que los autores  se puedan beneficiar de su creación.
Son dos modelos enfrentados. El del “todo gratis” y el del “el autor tiene que cobrar”.
El que defiende que el valor lo aporta la distribución y que los creadores deben buscar nuevos modelos de negocio que se apalanquen precisamente en la difusión que han obtenido y el que argumenta que es más difícil y complicado crear que distribuir.
La reflexión ha venido después de leer dos libros. Uno a favor de una tesis y el otro a favor de la contraria.

Se trata de “Parásitos. Cómo los oportunistas digitales están destruyendo el negocio de la cultura de Robert Levine yGratis. El futuro de un precio radicalde Chris Anderson. Cuando leo uno me convence y cuando leo el otro también. En algún lugar hay “trampa” porque parece imposible que los dos tengan razón. ¿O no?


Os recomiendo su lectura

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